Y HABLANDO ellos al pueblo, sobrevinieron los sacerdotes, y el magistrado del templo, y los Saduceos,
Resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de los muertos.
Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente; porque era ya tarde.
Mas muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y fué el número de los varones como cinco mil.