\v 26 Nadie debe separar el primogénito entre los animales, ya que el primogénito le pertenece al SEÑOR; sea buey o oveja, es del SEÑOR. \v 27 Si es un animal inmundo, entonces el dueño puede comprarlo de vuelta al valor de él, a un quinto debe ser añadido a ese valor. Si el animal no es redimido, entonces será vendido al valor fijado.